25 de diciembre de 2009

"Copy-paste" Is Not Theft!

>> Un debate en torno a la Internet circuló desde su inicio público. El copiar contenidos, ¿es correcto o no? El siguiente video marca su posición muy jocosamente.

Mientras que algunos consideran que el famoso "copy-paste" es robar, otros creen que se trata de re-reproducción y multiplicación para nada ilegales. De todas formas, cada vez son más estrictos los convenios tácitos entre usuarios de la Web para compartir sus contenidos.

Desde los juicios por el "p2p" hasta los "Creative Commons", todos parecen quedar relegados frente a este divertido video que deja las cosas muy claras...

17 de diciembre de 2009

Arreglar baches nunca fue tan tedioso

>> En Belgrano, al re-pavimentar una calle, taparon una alcantarilla y se armó un manso “bolonqui” de autos.

Caminaba por la calle Sucre disfrutando del clima de verano cuando, de repente, mis sentidos comenzaron a estimularse. Olor a petróleo, gritos de enojo e, incluso, vibraciones extrañas que movían todo el asfalto. “Optimus Prime”, pensé.

Sin embargo, cuando doble en la esquina de Amenábar, caí en la realidad: enormes grúas amarillas estaban re-pavimentando y “Haciendo Buenos Aires”, algo común entre los Jefes de Gobierno que buscan hacerse notar.

De golpe, un vecino muy furioso se acercó y empezó a discutir con uno de los obreros. “Hace más de dos horas que están tapando la alcantarilla con tierra”, gritaba. Observé que una de las cloacas estaba llena de tierra que caía con mucho peso y la tapaba lentamente. No me pregunten cómo, pero conseguí una foto vista desde arriba.

Decidí seguir caminando. Cuando me estaba acercando a la siguiente esquina –es decir, el otro extremo de la calle Amenábar- me encontré con otra secuencia. Una larga cola de autos no paraba de tocar bocina, mientras cinco personas discutían a viva voz con los trabajadores. Habían cortado la calle para pavimentar, claro, pero se habían olvidado de poner el aviso una cuadra antes, por lo cual ahora había un insoportable embotellamiento.

Por un lado, los obreros se negaban a ceder ante el pedido de los transeúntes, ya que recién habían terminado de emprolijar el nuevo asfalto y les pareció desubicado que alguien pase con su camionetita por encima.

Por otro lado, la gente pedía pasar, ya que era prácticamente imposible retomar y dar marcha atrás debido a la larga fila de autos que se habían acumulado. El conflicto duró, aproximadamente, una hora, y se solucionó dejando pasar a los vehículos por la vereda. También conseguí foto de esto que vi.

Es necesario arreglar las calles para no tener baches -y no para ostentar una gestión- pero, ¿es mucho pedir hacerlo bien? Según me dijeron algunos vecinos después, estuvieron toda una semana soportando los olores, los ruidos, las vibraciones y los conflictos constantes.

Eso sin contar la alcantarilla llena de tierra, algo que, por ser Belgrano un barrio que se inunda fácilmente, no puede ser permitido. Por suerte los vecinos reaccionaron a tiempo.

15 de diciembre de 2009

El eterno espíritu de Woodstock

>> El histórico encuentro de rock fue un evento marcado por la juventud hippie, la música y la experimentación con drogas. Cuatro décadas después, su influencia aún perdura.

"Les recomiendo, si no tienen tienda de campaña o algún lugar donde ir, que busquen un pedazo de tierra, digan buenas noches a su vecino y agradézcanse a ustedes mismos por haber hecho de hoy, el día más agradable de nuestra vida”, le dijo la persona al frente del micrófono a toda la gente que se encontraba en el lugar. De esta manera finalizó la segunda jornada del festival de Woodstock.

Se realizó el 15, 16 y 17 de agosto de 1969, en una granja de Bethel, una localidad cercana a Nueva York. Aproximadamente 500.000 personas fueron las que asistieron, una cantidad mayor de las que esperaban Michael Lang, Artie Kornfield, John Roberts y Joel Rosenman, responsables de la organización del festival.

La realidad indica que el festival de Woodstock es recordado hasta hoy no sólo por los músicos que participaron en él. Los reclamos y los pensamientos de una contracultura constituida por jóvenes que pensaban de distinta manera que la autoridad gubernamental -Richard Nixon era el presidente-, se vieron reflejados en este suceso.

“No fue solamente un festival de música sino que fue también un encuentro de tribus acuarianas, como se llamaba en ese momento a los jóvenes que formaban parte de la contracultura, de una nación alternativa”, sostiene el redactor de la revista La mano, Alfredo Rosso. El periodista especializado en rock explica que “la contracultura significaba aquella cultura joven que se oponía al sistema, entendido el sistema como las voces del gobierno, de los padres”.

En este sentido, la licenciada en Ciencias Políticas y Psicología Mónica Ruggiero define a Woodstock como “una fotografía de lo que estaba pasando en muchos lugares”. Ubica principalmente dos sucesos: el Verano del Amor de 1967, celebrado en la ciudad de San Francisco, y el Mayo Francés, ocurrido en 1968.

Crédito: Hippie, Global Rythm (2006)

Además, Ruggiero destaca una “exaltación de lo sensitivo” que según ella se logró apreciar por medio de la liberación sexual y experimentación con drogas, como expresión de una “revolución de las costumbres” postulada por esta contracultura.

Desde el aspecto musical, el festival contó con las presencias estelares como la del guitarrista y cantante Jimi Hendrix, Janis Joplin, los británicos The Who con un Pete Townshend que sólo le dio algunos golpes a su guitarra (algo atípico en él), Creedence Clearwater Revival, Crosby, Stills and Nash y Jefferson Airplane con Grace Slick a la cabeza, entre muchos otros.

“Nunca se habían juntado figuras de ese nivel en un mismo lugar”, dice Tom Lupo, periodista y psicólogo que conduce Tarde o temprano junto con el periodista Jorge Halperín, en Radio Nacional. Todos ellos deslumbraron durante tres días a la juventud hippie que vivió el festival disfrutando del rock, por momentos de la lluvia y experimentando con distintas drogas, principalmente LSD, pilar de la psicodelia característica de esos días.

En relación al impacto que logró en su época en nuestro país, Lupo y Rosso coinciden en que el documental titulado “Woodstock” y dirigido por el estadounidense Michael Waldleigh tuvo un papel esencial a la hora de comunicar a los argentinos lo acontecido en el festival. “Fue tal la difusión, que se transformó en un ícono”, dice Rosso, haciendo referencia a lo logrado por el documental, que llegó a la Argentina en 1970. “Las repercusiones fueron tan importantes –comenta Lupo–, que en varios países del mundo, el documental se dio durante años, como un deseo de vivir algo inolvidable”.

Luego de Woodstock, gran cantidad de festivales comenzaron a desarrollarse gracias al impacto que logró. Según Lupo, “fue un ejemplo de organización y producción inéditas, el sonido fue excepcional y la comunión entre los artistas y el público inauguró un nuevo estilo de megafestivales”. Por otro lado, Rosso remarca la influencia del festival como una “transmisión de vivencias y cultura y la manifestación de que en ese momento el rock era el vehículo de expresión de todos los reclamos de la contracultura”. Una manifestación que se vio plasmada durante esos tres días, pero que fue reflejo de toda una generación musical.


Escrito por mi amigo y colega Santiago Berisso, para CincoW


Ahora les dejo un tema que, aunque está quemadísimo, me sigue retrotrayendo al hippismo de antaño:


10 de diciembre de 2009

A sangre fría entre el periodista y sus fuentes

>> La profesión exige empatía pero también distancia con los entrevistados. Un debate interno emerge en cada cronista a la hora de tratar de cumplir con el lector sin defraudar a los protagonistas de la información.

-“Es como si Perry y yo hubiésemos nacido en la misma casa […] No hubo nada que yo haya podido hacer para salvarlo”

-“Puede que no. Pero la realidad es que no te interesó hacerlo”.


El fragmento anterior del guión de la película “Capote” reconstruye un diálogo donde el escritor Truman Capote, quien investigó un asesinato cometido en Kansas, Estados Unidos, deja en evidencia como se había involucrado afectivamente con Perry Smith, su fuente de información y quien finalmente fue condenado a muerte por el crimen.

La conversación demuestra, a la vez, la contradicción latente en todo periodista. Capote está interesado tanto en salvar al criminal de la pena de muerte como en publicar su obra. Él sabe que la muerte sería el final perfecto.

La objetividad fue siempre la primera gran regla del rigor periodístico. Citar fuentes múltiples y diversas, diferenciar la información de la opinión y procurar no especular con los hechos sino más bien comprobarlos son normas que todo buen periodista conoce a rajatabla.

Sin embargo, y al mismo tiempo, al periodista se le pide sensibilidad social, capacidad de extrañamiento, pensamiento crítico y libertad de expresión. Estas son condiciones sin las cuales un periodista jamás podría alertar a la opinión pública o producir textos interesantes y con sentido.

Por momentos, las técnicas y las exigencias profesionales colisionan con la subjetividad y los principios éticos de cada individuo. Está el caso de Truman Capote, quien al investigar un crimen para escribir su novela “A sangre fría” se apegó afectivamente a Perry, uno de los asesinos. Quien haya leído esta obra, sabrá que los criminales están humanizados y que hay una inocultable mirada subjetiva tanto en el tratamiento de la información como en la descripción literaria de los sucesos.

La relación con la fuente, entonces, ¿cómo debe ser? Algunos periodistas, como consecuencia de su rutina, están habituados a naturalizar escenas traumáticas que, en una situación normal, generarían un inevitable involucramiento emocional.

Sin embargo, esto atenta contra el extrañamiento. Asumir como cotidianos hechos chocantes puede ser un problema para un informador y para toda la sociedad. “Es muy común que con el paso del tiempo, cuando está en la calle, el periodista pierda la sensibilidad. Pero no es bueno porque se aleja”, comentó Federico Seeber, cronista de exteriores del noticiero de Canal 13 y de Todo Noticias, y agregó que “la idea es contarle a la gente lo que está pasando, y si no se siente es muy difícil reproducirlo. Es un límite delgado pero hay que saber manejarlo, hay que saber involucrarse en la noticia”.

Algunos otros se aferran a los protagonistas de sus historias y no sólo producen textos con toques de subjetividad, sino que suelen tergiversar involuntariamente la información a partir de su protagonismo en la escena.

Gustavo Carabajal, periodista del diario La Nación, quien en diciembre de 2005 cubrió la tragedia en el boliche República Cromañón, admitió que “es difícil mantener la objetividad después de ver eso, cómo se muere la gente al lado tuyo. Traté de mantenerla, pero fue difícil. Uno no es perfecto”. En el periodista se produce, entonces, un debate interno: ¿debo responder a mi corazón o ser un profesional? ¿Acaso no deberían coincidir?

“Lo que hay siempre en cualquier periodista es el esfuerzo por mantener la distancia respecto de las fuentes, más allá de las cuestiones emocionales. Que se haga el esfuerzo no quiere decir que se logre, pero en ese esfuerzo está la honestidad”, aseguró el editor y columnista político del diario Clarín, Eduardo Van der Kooy.

Sin embargo, el género conocido como Nuevo Periodismo y sus diferentes sub-géneros como, por ejemplo, el periodismo “gonzo” –como se denomina a un estilo que habilita un acercamiento directo con el objeto de la información-, apuntan a que el periodista sea parte activa en su historia. Los investigadores pasan a ser protagonistas, como en un thriller norteamericano, y escriben lejos de la tradicional estructura impersonal de la pirámide invertida.

Van der Kooy cree que “si es un caso policial que tiene un desarrollo y que luego se cierra, que después mantengas vínculo con las personas que en ese tiempo fueron fuentes, no me parece objetable”. De todas formas, aclaró que “si esa gente sigue siendo usina de información tuya porque el caso no fue cerrado, estas tiñendo de parcialismo la información que registras”.

En primera persona

“Ese día en Cromañón se quedó una parte mía. La idea del impulso de entrar al boliche surge porque, cuando me acerqué a la puerta, estaba tratando de averiguar lo que pasaba adentro. Me aproximé a una pareja y me identifiqué como periodista. Les pregunté que les había pasado y la chica me insultó. (‘Los periodistas están buscando siempre sangre’, me dijo).

"En ese momento dejé a un lado la función como periodista y me sentí golpeado y conmovido por lo que me había dicho. Me sentí una basura. Entré a Cromañón y vi que a un chico lo estaban trayendo a la salida, arrastrándolo. Ayudé a sacarlo, luego volví a entrar y ayudé a una chica que no podía moverse. Y salí con ella. No pude volver a entrar porque adentro no se podía respirar”, relató Carabajal.

El periodista de La Nación aseguró que en la cobertura informativa de los hechos encontraba una descarga emocional. Gracias a ello supo sobrellevar el impacto e incluso hizo buenas relaciones con ciertos familiares de víctimas, siempre manteniéndose al margen para ser objetivo. Sin embargo, admitió que “a veces todavía me despierto a la noche escuchando el grito de los padres. Nunca pedí asesoramiento psicológico. Creo que lo estoy sobrellevando”.

Como explica Daniel Santoro en sus “Técnicas de investigación”, la fuente debe estar lo suficientemente cerca como para darnos la información y lo suficientemente lejos como para publicarla. En su libro, Santoro sostiene que la responsabilidad última es para con los lectores y no para con nuestros entrevistados. “No hay que perder de vista que uno es un vehículo para contar la noticia a la gente. Un vehículo que no puede paralizarse. Alguien tiene que comunicar”, coincidió Seeber.

Por su parte, Van der Kooy asegura que nunca se encariñó con una fuente, pero que sí considera que mantuvo una relación de conveniencia necesaria. “Lo que ha ocurrido es que, de pronto, indudablemente, uno no tiene el mismo vínculo con todas las fuentes. No es lo mismo una fuente circunstancial que una fuente de personas muy vinculadas al poder económico que son fuentes claves”, comentó.

En cuanto a Seeber, alguna vez tuvo buena relación humana con una fuente. De todas formas, el cronista de TN se defendió diciendo que sólo cuando ya no le servía como informativa. Sin embargo, no niega que muchas veces trató a sus fuentes amistosamente sólo por conveniencia. “No podemos trabajar si no es con fuentes. Recavar la información con la experiencia sola es imposible”, argumentó.

El editor fotográfico del diario Perfil, Luis Pozzi, habló acerca de sus experiencias en el trabajo de campo. A raíz de la cobertura del choque de un subterráneo de la línea D en Plaza Italia, Pozzi relató su experiencia de apego con la nota. “Por error humano se mató un montón de gente. Casi no fui a dormir porque me enganché mucho con esa nota. Dormí dos horas nada más”, relató.

En tanto, sobre la relación de conveniencia que mantuvo con las personas que fotografió dijo que, al ser su único objetivo entrar al túnel del subte y tomar imágenes del accidente, tenía que lograrlo de algún modo. “Estaban los bomberos haciendo las obras para destrabar el tren. Me presenté como el fotógrafo de la policía (que no era) y logré que me dejaran entrar. Mi meta era conseguir la foto”.

La comunicación tiene el prestigio de evitar todo conflicto. Que el periodista tome conciencia de la importancia de su objetivo, hará que sea capaz de mantener la distancia con sus fuentes. La responsabilidad última es para con la verdad, y en la consumación de ese fin es donde se encuentra la ética.


Escrito para CincoW

7 de diciembre de 2009

Los consagrados animan a los muertos que caminan

>> Entrega de ficción del día: un breve monólogo interior que se me ocurrió al pasar, inspirado en Miguel de Unamuno y en Milan Kundera.



"¿Dónde está el sagrario más cotidiano sino en el hombre con quien nos encontramos todos los días?"*


Podía sentir la música por sus vibraciones, pero ya no escuchaba nada. Intenté buscar con la mirada a mis tres amigos, pero hacía tiempo que los había perdido. Creí que, seguramente, estarían en el punto de encuentro que habíamos acordado, la torre de sonido.

Rengueando y con gusto a sangre en mi boca, intenté llegar pero me fue imposible. El codo de un pesado hombre golpeó mi cabeza y caí al suelo.

Miré hacia arriba y lo que vi fue colosal. Primero, el escenario parecía estar desplomándose. Después, gente…más y más gente…una avalancha…un entierro. No supe más.

Era costumbre en quienes seguían esta banda ir a los shows con navajas. Sabía que no eran fáciles, pero nunca pensé que alguien podía morir en uno de sus recitales.

Literal: Aquella noche del 21 de noviembre de 2016, las personas en ese pogo se habían apuñalado al ritmo del punk rock.

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William Morrison estaba exhausto. Su falange había estado peleando contra las tropas de los Valois por horas. A lo lejos ya podía divisarse el poblado de San Sardos. Había que correr para llegar a sus puertas. Dentro de esas murallas se encontraba "ella", el único sentido que había movido a William a pelear en la guerra.

Pero la armadura era demasiado pesada y cinco franceses lo perseguían. El campo de batalla estaba bañado de sangre. Entre los cadáveres corría el viejo Morrison, intentando escapar de lo que parecía una muerte segura.

Aunque dio lo mejor de sí, bastó medio segundo para que una lanza francesa lo atravesara de espalda a pecho y lo matara.

Literal: Aquella tarde del 21 de noviembre de 1324, los seres humanos en esa batalla se habían masacrado entre sí.

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“Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado…”, decían las personas alrededor de mi cuerpo. Constituía un placer bastante macabro el verme desde afuera. Por primera vez, desde que había nacido, podía ver como en verdad me veían los demás. “…hágase tu voluntad, así en la Tierra…”, seguían.

Decidí irme. A medida que caminaba, el paisaje desaparecía y una extraña oscuridad comenzaba a rodearme. Lo sabía, había muerto. Era muy joven. Hubiera querido haber tenido menos problemas imaginarios y más problemas reales. Tendría que haber dicho más veces “que sí” a todo, sin pensar mucho en las consecuencias.

Y, además, ¿por qué tardé tanto en conocerla? Identificarme con ella había cambiado radicalmente mi vida. El amor me había dado todas las respuestas que necesitaba, me había llevado por donde debía ir.

Necesitaba saber qué les había pasado a mis amigos. Pudieron haber sobrevivido, es verdad, pero…cómo me gustaría que estuviesen acá conmigo. La peor de las desgracias puede volverse una gran aventura si se comparte con amigos. Incluso la muerte.

Creí ver personas a lo lejos. Al parecer, todas se dirigían al mismo lugar que yo pero desde otros puntos. “Acaecidos en el recital”, pensé. Si la vida eterna existía o, en verdad, todavía estaba tirado en el suelo del estadio, alucinando, no lo sabía. De lo que si estuve seguro, cuando los vi, fue que mis amigos, por irreales que fueran, estaban en ese lugar conmigo, rodeados por un extraño aura.

Intenté gritarles pero ningún sonido salió de mi boca. Sin embargo, sentí que escuchaban mi pensamiento. Es más, lo compartían. El amor, la vida, la muerte, la duda, el sentido de todo. Durante mi vida llegué a creer que nadie, aparte de mí, existía. Pensé que todos eran producto de mi imaginación y solo tenía la certeza de que yo era real. Pero ahora los escucho pensar. Ahora se que ellos son algo más que la resultante de mis sentidos.

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El trayecto terminó. Sobre la nada misma, se formó un círculo de personas. A mi izquierda estaban mis amigos. A mi derecha, un hombre pelirrojo y desprolijo, ensangrentado y con una antigua armadura. En el medio de la ronda se generó un portal de color turquesa.

De inmediato, sentí amor a primera vista. Era enamoramiento, nadie puede decirme que no pero…hacia nadie en concreto. Tuve una profunda necesidad de entrar al portal. Algo había del otro lado y era vital para que yo y los demás pudiésemos seguir caminando.

Fue en ese entonces cuando me di cuenta. El portal era la eterna fuente de ese sentimiento que los hombres llamamos amor. ¡Desde la existencia que viene atrayéndome, obligándome a tomar decisiones contra mi propia voluntad! Utilizando, para eso, diferentes personas a lo largo de mi vida, claro.

Era nuestro destino. Un único destino, compartido por todos nosotros. Una misma fuente que nos atrae desde siempre y que, porque la materia nos individualiza, nunca fuimos capaces de darnos cuenta que compartíamos.

Miré al pelirrojo y, aunque no movió la boca, me dijo con su mirada: “el tiempo no existe, es solo una ilusión de la vida”. Ahí estábamos todos: contemporáneos, antiguos, cavernícolas. No entendía bien donde era arriba ni donde abajo. Tampoco tuve memorias del pasado ni esperanzas al futuro.

Intenté recordar como había llegado hasta allá, pero ya no me era posible. Con mucho esfuerzo, visualicé los últimos momentos de mi vida: el poblado de San Sardos, el odio a los Valois, los franceses persiguiéndome. Y esa extraña música satánica que anunciaba mi muerte…


*Mártensen, R. 2006. El sagrario humano de Jesús.

2 de diciembre de 2009

¡Me cago en Margaret Thatcher!

>> Si hay algo que le faltaba a nuestra economía ciclotímica era que en las Islas Malvinas descubrieran mucho petróleo y nos lo refregaran por la cara.

¡No busquemos consuelo en el `86, por el amor de Dios! El estadio Azteca, la mano loca ante Inglaterra y los cuartos de final no sirven de nada. Supimos ganarle a una hinchada europea hambrienta de éxito. Pero la realidad es que ahora nos ganan a nosotros, hambrientos de...comida.

Científicos estiman que, bajo las costas de las Islas Malvinas, yacen aproximadamente 60 mil millones de "barriles" de crudo. Si las afirmaciones son correctas, 3000 isleños se harían totalmente ricos en tres años, y la economía británica crecería mucho.

Teniendo en cuenta que el mayor pozo de petróleo del mundo, ubicado en Arabia Saudita, contiene 80 mil millones de barriles, y que la economía de dicha nación creció notablemente junto con la calidad de vida de sus habitantes gracias a esa reserva, es más que razonable sentirnos un poquito tristes.

Según el diario digital inglés The Sun, aquellos que consideraron a Margaret Thatcher "loca" por aventurarse a sacar a patadas a los invasores sudamericanos (osea nosotros) deben rectificarse.

Ante la noticia del hallazgo, la corona británica envió una plataforma de exploración marina llamada "Ocean Guardian", la cual llegará a las islas para el comienzo del nuevo año.

Sería un colmo muy chistoso que Estados Unidos encuentre, de la nada, bombas nucleares en las Falklands y convenza al Consejo de Seguridad de invadir las islas de Soledad y Puerto Argentino, tal cual paso con Iraq.

"Every drop will belong to the grateful Falkland Islanders, rescued by their mother country a generation ago", escriben los periodistas de The Sun. Lo que significa que cada gota de petróleo va a ser de los ingleses que habitan las islas. Como si en Argentina tuviésemos plena autonomía sobre todos nuestros recursos...

Entretanto, Argentina expresó su rechazo a que Reino Unido haya incluido como propias a las Islas Malvinas e, incluso, al territorio antártico reclamado por nuestro país, en el Tratado de Lisboa ratificado el martes pasado.

"La ocupación ilegal de las Malvinas no es solamente una aseveración argentina", sino que la ONU, constantemente, exhorta a los dos países "a sentarse a la mesa de negociaciones, lo que no se ha podido cumplir por la persistente negativa británica", dijo Cristina en la conferencia de prensa de la clausura de la Cumbre Iberoamericana.

Para terminar, les dejo un video. ¡Tristísimo!



1 de diciembre de 2009

Los aventureros del Siglo XXI

>> Ahora que estamos en diciembre y que muchos están por viajar, se me ocurrió hacer un informe sonoro cuyo tema es "Mochileros". Seguramente, cualquiera que haya vivido una hazaña mochilera va a sentirse identificado. Escúchenlo...